Ana Carmona (Málaga, 1908) conoció el fútbol en el puerto pesquero de Málaga, donde su padre, estribador de profesión, camiseta celta de vigo 2025 coincidía con marineros ingleses siempre traían entre sus bártulos un balón. Se trata de Ana Carmona e Irene González, que dejaron su impronta en el terreno de juego de diferente manera. Mujeres, que por el simple hecho de ser mujeres, eran perseguidas, insultadas, vejadas y en muchos casos castigadas si eran cazadas practicando un deporte considerado tan varonil como el fútbol. Eventos en el oeste de las relaciones europeas, así como asuntos políticos, económicos, o incluso militares, fueron los temas que preocupan a los comentaristas de la mayoría de los japoneses, debido a las implicaciones inmediatas para Japón. El partido tuvo buena aceptación en la grada y crítica variopinta en la prensa, donde la poca crónica amable fue solapada por la ristra de artículos de opinión que ponían de manifiesto la sociedad machista y misógina que a aquellas mujeres les tocó vivir. Mujeres capaces de hacer oídos sordos frente al machismo imperante en la sociedad y promulgado desde los medios que bien las injuriaban o se jactaban de ellas. Cuentas los compañeros de CIHEFE que apenas pasaron 45 días entre que Brú se hizo cargo del equipo hasta que se presentaron en sociedad al disputar el que se conoce como el primer partido de fútbol femenino de nuestro país.
Sus padres le mandaron a Vélez-Málaga con unos tíos, pero eso no impidió que siguiera disfrutando del fútbol. En aquellos primeros años eran muchos los curiosos los que se acercaban a los campos, la gran mayoría de tierra, rb leipzig camiseta para ver cómo era eso de que una mujer pudiera patear un balón. Los entrenamientos previos habían llegado envueltos en polémica por la exigencia del técnico respecto a unas jugadoras que tenían voluntad pero carecían de tablas. Las jugadoras del Spanish Girl’s Club se dividieron en dos equipos, Montserrat y Giralda, y el propio Brú ejerció de árbitro para la ocasión. El fútbol femenino comenzó a organizarse por todo el territorio español en la década de los 70. Jugadoras que regateaban a un marchitante franquismo y encaraban con valentía a quienes les seguían vilipendiando por ser futbolistas. Cuentan las crónicas de la época que destacaba por sus buenas intervenciones, gran golpeo de balón y dotes de mando.
El delantero cruzó el balón con una precisión milimétrica y consigue el merecido primer gol de los de Luis Enrique. Luis Enrique ya es historia en la selección. Malta se tomó la derrota como una verdadera humillación, porque el 12-1 era (y sigue siendo) la mayor goleada encajada por la selección en toda su historia. Como acción inicial el organismo realizó un cuestionario para sondear la opinión de las asociaciones afiliadas, y se designó una comisión especial a cargo del proyecto. Los espectadores que tuvieron ocasión de presenciar aquel encuentro vieron una victoria madridista por 3-0, una tarde en la que marcaron Gento, Miguel Muñoz y Héctor Rial , todos en el segundo tiempo. Tuvo que dejar el fútbol y vender todas sus pertenencias para poder costearse los medicamentos. Irene González (A Coruña, 1909) comenzó a jugar al fútbol en el Campo de la Estrada. Irene contrajo la tuberculosis en otoño de 1927, enfermedad que también se llevó a sus padres, camiseta mali un hermano y un sobrino. Tras jugar en los infantiles del Barcelona CF y el Racing Orillamar, Irene decide crear su propio equipo y con apenas 16 años pone en marcha el Irene FC llegando incluso a organizar un campeonato en A Coruña en el que participan 18 equipos.
En su caso contó con el apoyo de su familia, compañeros y unos vecinos que destacaron de ella su valentía, simpatía y calidad. La creación de dicha selección amateur nace como medida para no desprestigiar los grandes torneos de fútbol de la época como las competiciones continentales de selecciones (la Eurocopa en el caso de Italia), y en especial al Mundial y los Juegos Olímpicos. Como nadie la haría caso siendo mujer, mutó su look para que nadie sospechara. Aquel equipo quiso seguir adelante y no se conformó con jugar un partido, sino que hizo gira por Catalunya y apalabró partidos en Valencia, Palma de Mallorca, Pamplona y el sur de Francia que no llegaron a disputar. Dirigido por Paco Brú, quien fuera jugador del Internacional, Barcelona y Espanyol (después sería seleccionador de España), el equipo tardó poco tiempo en coger forma y protagonismo. Es la segunda selección filial de la selección absoluta por detrás de la selección de fútbol sub-21 de Israel y su categoría, es la sucesora del bloque de la selección de fútbol sub-19 de Israel que disputa el Europeo, por lo que ambas poseen el mismo «staff» técnico.
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